SALVA: ¡Oye, Rosa! ROSA: ¿Qué? SALVA: ¿Ya (leer, tú ) la novela para el examen de mañana? ROSA: Sí, ¿por qué? SALVA: Es que esta semana no (tener, yo ) mucho tiempo y sólo (poder, yo ) leer las primeras páginas. ROSA: ¡Uf! ¡Qué mal te veo! SALVA: ¿Por qué no me cuentas un poco el argumento? ROSA: ¡Pero, qué cara tienes, tío! SALVA: ¡Venga, mujer! No seas así. ROSA: Bueno, vale, te lo voy a contar como si fuera un cuento. Siéntate ahí, sinvergüenza. SALVA: ¡A sus órdenes, mi general! ROSA: Érase una vez una mujer que (llamarse, ella ) Bárbara. (ser/estar, ella ) una mestiza muy bella, que (poseer ) una gran hacienda en el norte del Orinoco y (vengarse, ella ) de los hombres. Doña Bárbara (detestar ) a los hombres, porque, cuando (ser/estar, ella ) joven, algo terrible le (pasar ): la tripulación del barco en el que (huir, ella ), para evitar ser vendida a un leproso repugnante, la (violar ). SALVA: ¡Qué fuerte! ¿Y qué (pasar ) luego? ROSA: Pues, mira, si quieres saberlo, lees el libro. Ya estoy harta de resumirte las lecturas obligatorias. SALVA: Tía, no me hagas esto, que voy a suspender. Ayer el profe me (decir ) que el examen del mes pasado me (ir ) mal y, claro, necesito aprobar éste. ROSA: No me cuentes tu vida y vete a jugar con la Game boy que es lo tuyo.