MADAME ADIVINALOTODO: ¡Uf! Su futuro amoroso es un poco deprimente. ROBERTO: ¡No me diga! ¿Por qué? MADAME ADIVINALOTODO: Pues, mire, su mujer lo (engañar) con un amigo suyo que se llama Pepe. ROBERTO: ¿Pepe? No puede ser. Pepe es mi mejor amigo. MADAME ADIVINALOTODO: Exactamente. Pepe y su mujer (salir) juntos a cenar mientras usted está de viaje. (Divertirse, ellos) mucho, porque, si no me equivoco, Pepe es más simpático que usted. ROBERTO: Muchas gracias por el piropo. MADAME ADIVINALOTODO: (Beber, ellos) bastante vino, cava y esas cosas. Su mujer (invitar) a Pepe a tomar la última copa en casa. Él (aceptar) y ... ROBERTO: No siga. MADAME ADIVINALOTODO: En fin, que (enamorarse, ellos) locamente el uno del otro y (irse) juntos a México. Para pagar el viaje Pepe (tener) que robar bastante dinero en la empresa en la que trabaja. ROBERTO: ¿Pero, qué dice? ¡Pepe es mi socio! MADAME ADIVINALOTODO: Exactamente. Su socio le (robar) y (fugarse) con su mujer. ROBERTO: ¡Oh, Dios mío! ¿Qué va a ser de mis pobres hijos? MADAME ADIVINALOTODO: Por sus hijos no se preocupe. No (querer, ellos) quedarse con usted. (Preferir, ellos) vivir en México con su madre y Pepe, que es más simpático y alegre que usted. ROBERTO: Pero, ¿qué puedo hacer para evitarlo? MADAME ADIVINALOTODO: Nada, amigo, el futuro está escrito y usted no (poder) cambiarlo. Lo único que puede hacer es ir a un psicoanalista. Yo tengo un amigo especialista en casos como el suyo. Es un genio. También ha tratado a Woody Allen. ROBERTO: Muchas gracias, usted me ha salvado la vida. MADAME ADIVINALOTODO: Exactamente. |