El aburrimiento del domingo [I.ROBERTO ARLT, Aguafuertes porteñas. Buenos Aires, vida cotidiana, Buenos Aires, Editorial Losada, junio 2000, pp. 26-27]
Buenos Aires [ ES/ ESTÁ] [el/ la] ciudad [más/mas] triste [del / de el] mundo el día domingo. Triste [e/y] [aburrido/aburrida] . Día horrible para el que está acostumbrado a no hacer nada. Día espantoso para el fiacún que [tener] licencia de vagancia para toda la semana. [
] Porque el placer de no trabajar [estribar] en que los otros trabajen. Y puesto que el domingo nadie trabaja ¿qué valor tiene entonces el domingo?
De allí, y esta observación [ser-estar] exacta, que los grandes vagos sólo eligen como día de trabajo el domingo. Por ejemplo los toreros, los [boxeadores-boxeadoros] los [jugador-jugadoras-jugadores] de football, los jockeys, etc., etc. Esta gente que [cultivar] el atorrantismo más exquisito, más refinado y purísimo, sólo [trabajar] los domingos, y trabaja no tanto para ganarse el pan [
], sino sencillamente para no compartir su vagancia con la multidud que en ese día no [hacer] nada, porque así está decretado por las [ley/leys/leyes] divinas y humanas. |